LA SINGLA (2023), de Paloma Zapata.



LA SINGLA (2023). Paloma Zapata.

El cine puede resucitar todo. Fiel depositario de la memoria, testigo de la historia, testimonio del implacable paso del tiempo o retrato de la melancolía. Como la fotografía, representa un acto de muerte momentánea, pero a la vez se convierte en un milagro de vida eterna, paradójicamente. Por esas cualidades, vemos renacer los fantasmas o se pueden reivindicar episodios o biografías impresionados en sus habitáculos fílmicos listos para ser rescatados de su mortecino silencio algún día, como es el caso de esta excelente investigación.

La película ha ganado una Mención de honor y el Premio del Público en el Festival DocsBarcelona.

Similar al silencio real con el que convivió Antonia Singla, una niña nacida en 1948 que, debido a una meningitis a los días del nacimiento, se quedó sorda sin poder hablar hasta los ocho años, por lo que fue apodada un tiempo como “La múa”, hasta convertirse definitivamente en Antoñita, "La Singla". Una chica nacida en el Somorrostro (1875-1966), el humilde Barrio de Barracas en Barcelona, ubicado muy cerca del mar. Un arrabal de una gran ciudad que vivía en ese tiempo de espaldas al mediterráneo, que vertía su olvido hacia la miseria de una comunidad gitana invisible no sólo con esa suciedad y desechos que hacían que el mar tuviera tres colores –el negro, el marrón y el lejano azul, divididos por rayas, recuerda un señor mayor, donde se bañaban los niños, pescaban, jugaban y caminaban los caballos y los burros– sino con la desatención, el desamparo y su definitiva demolición en los sesenta por dar muy mala imagen a la ciudad de cara al extranjero.


Antoñita creció en la incomunicación, en un mundo muy diferente al de ahora donde la discapacidad goza de mejor atención. Pasaba las horas descalza, despeinada, solitaria y en compañía de perros, con los que congeniaba estupendamente. Se miraba al espejo y hacía muecas con mucha frecuencia. Su incapacidad para expresarse verbalmente con su entorno, con sus cinco hermanos, la sumió en un estado de tristeza y rabia crónicos a los que pareció canalizar a través de gestos y zapateado mirando su imagen especular. Tuvo suerte con una madre que la observaba llevándola al médico al advertir que había inteligencia y ganas de superación, recibiendo la noticia de que pronto hablaría, aunque de forma rudimentaria.


Y así fue, hablaba poco, pero sus carencias las expresaba con su poderosa expresión corporal. La Seguiriya para su emoción, la Soleá sería su penar; cuando estaba contenta, los Tangos y la Bulería y así fue siendo el centro de los jolgorios familiares que eran testigos de su evolución y de cómo alguien hipoacúsico podía seguir el compás y bailes improvisados en bares para pedir dinero. Su madre, Rosa, fue clave para ello, indicándole tiempo antes con chasquidos de los dedos el ritmo, el conteo, y luego Antoñita bailaba para sí misma, interiorizándolos, como un milagro que parecía reflejar que la música estaba dentro de ella; que había genialidad dentro de una niña que pedía a gritos silenciados su oportunidad, aunque no oyera prácticamente nada. Quizá recobraría un mínimo resto de audición como dijo el médico también.


Y llegó Rovira-Beleta con “Los Tarantos” (1963) en forma de milagro cinematográfico en el que participó junto a Carmen Amaya, la gran y referente bailaora, que se prendó de ella y su fuerza al bailar durante el rodaje. Ahí estalló un antes y un después para Antoñita, con 14 años; una niña muy bella, pura y salvaje, que moría y se desencajaba en cada baile. Adquirió popularidad, se relacionó con la fotógrafa del set del rodaje (Colita) que la inmortalizó en su naturalidad en ese espacio decadente y que le abrió las puertas a codearse con más gente importante dentro de la intelectualidad, convirtiéndose en una segunda familia.

Foto de RTVE.es

Comenzaría un período más dulce para la adolescente con aspecto aniñado, siempre acompañada sabiamente por su madre, siempre sonriente a pesar de su constante pesadumbre. Dalí y Gala la llevarían a su casa. Llegaría el contacto con el representante Banegas que la introduciría en el ambiente de Madrid en la sala “Los Califas” donde muchos artistas importantes –tiene fotos con Antonio Gades, Gilbert Bécaud, Yul Brynner, Pilar López, Francisco Rabal o Vicente Escudero, entre otros, que la consideraría la digna sucesora de Carmen Amaya– disfrutarían de su arte a pesar de sus dificultades, alabando cómo alguien con sordera fuera el alma del tablao, se adueñara del momento enérgicamente y se hiciera con el compás haciéndolo suyo, único. 


Una creadora sin igual, con un rostro demudado, un cabello indómito como ella, de la que un periodista, impresionado por su arte, dijo: “A la niña muda, a fuerza de querer captar las palabras y los sonidos, se le puso duro el gesto y recelosas las pupilas. A la niña muda se le puso la cara de palo que es, como dice Vicente Escudero, con la que hay que bailar”.
Toda esta información es fruto del proceso de la profunda investigación de Paloma Zapata, protagonizada por Elena (Helena Kaitanni), su alter ego en la película, una chica joven que baila también y se interesa por una profesora de baile con hipoacusia a la que entrevista y le habla por primera vez de La Singla. Consultar e indagar sobre la bailaora representó para ella una revelación. Tal como nos narra en un delicioso acento andaluz: “veía como si se moviera en un exorcismo, como si tuviera que ahuyentar algo en su interior”. Así era “La Singla”, estallido de rabia y arte que hacía de cada actuación un acontecimiento y que en su escasa verborrea cuando era preguntada por su forma de bailar, respondía: “coraje”. En una sola palabra concentraba la ira y el valor de una autodidacta buscando su lugar.


Aprendiendo Lengua de signos y flamenco.

La profesora de baile y bailaora "La Niña del silencio". No quiere que se diga la palabra "sordomudo", Eso no existe.

Seguimos viendo la película, con momentos semidocumentales del estudio de Elena, imbricados con formas visuales muy sugerentes de imágenes fotográficas y de documentales de Antoñita, unas veces en forma de collage, otras “bailando” rápidamente al compás de la música. Toda una información visual genialmente recogida que incrementa nuestro interés hacia la historia de esta artista, queriendo ver más allá de sus grandes y expresivos ojos, de sus enérgicos brazos, deseando saber más sobre las causas de su desaparición después de hacer carrera en Alemania tras ser descubierta por un amante del Jazz; identificándonos con la protagonista al desconocer cómo alguien que había gozado de tanta relevancia se volatilizó perdiéndose en los mapas flamencos. Elena indaga, lee, revisa la ingente información en álbumes y noticias perfectamente organizados por Banegas esperando cincuenta años su oportunidad. Entrevista a la fotógrafa Colita y somos testigos de la sombra de la repentina e interesada aparición de su padre, un señor que abandonó a su familia marchándose con otra mujer a Francia y teniendo un montón de descendencia allí también.


La fotógrafa "Colita", que aporta muchos datos de "La Singla".

El oportunismo e irrupción paternos y su falta de escrúpulos desestabilizaron la vida de La Singla que tuvieron como causa la interrupción de su carrera internacional cuando iba a hacer una película en Hollywood. Su entorno artístico se duele por la forma en que su padre rechazó el contrato por muchos años más de representación con Banegas, asumiendo el total control sobre ella sumiéndola en la oscuridad y el olvido. Jamás se supo de ella, se ahogó en un extraño ostracismo. La Singla no lo tuvo fácil, nació en el extrarradio, mujer, con sordera y gitana; y fue supeditada, cuando estaba generando muchos ingresos, cuando mantenía a toda su gran familia, al injusto y tajante patriarcado que dinamitó su independencia y sus sueños, siendo sometida a abusos.


El documental sigue su curso con un gran pulso que mantiene perfectamente la atención, acompañamos a la protagonista, sufrimos y nos emocionamos con ella. Paloma Zapata sigue trenzando eficazmente los ojos, el pelo y pantalones de valentía de Antoñita con imágenes de la fuerza de las olas y su retroceso, de la cometa rota en un documental alemán sobre ella simbolizando su decepción, de su barrio; de un barrio de Sevilla, de la gente que los habita consiguiendo un producto tan riguroso como poético, devolviendo el valor y la fama a "La Singla".


Sacándola de su anonimato y consiguiendo, tras mucha búsqueda, dar con ella. Momento planteado de forma distinta a lo que pensaríamos, emotivo, que no vemos, pero sí lo hacemos a través de los bellos ojos de Helena Kaitanni, una actriz muy natural, que te atrapa y contagia su entusiasmo y que se emociona realmente en ese encuentro. Después viene la cara y estado actual de Antonia Singla, como quiere que la llamen ahora. 


Y nos da algunos datos del porqué de su desaparición, pero con parcas palabras. Por fin la escuchamos, ya no baila, rompe su silencio de cincuenta años por sí misma. Su pelo ya no es negro, ni largo, su expresión está descansada, ha perdido la rabia, la fuerza, su mirada está más reposada, pero sigue siendo muy bella y con tanto que contar. Tal vez no encuentre las palabras, las "tiene atadas", como decía ella de joven. Verbalizar tanto vivido no será lo más conveniente. Quizá quiere olvidar. Quizá las palabras de Jean Cocteau sobre que “escupía fuego por la boca y lo apagaba con los pies” fuera un vaticinio de que ardería en su tragedia y terminaría por  introducirse en esos espejos que tanto gustaban al poeta y director y a ella, para no volver jamás.

Mirada ante un espejo en un documental.

Numerosos festivales donde ha sido seleccionada.


PALOMA ZAPATA (Murcia, 1979-) 

Cineasta. Estudió Bellas Artes. Fundadora de la productora La Fábrica Naranja, desde 2005 desarrolla una carrera internacional como directora de videoclips musicales. Dirigió su primer largometraje, Casamance, en el año 2016. Rodado en Senegal, es seleccionado en festivales como el FICG de México o Rotterdam. En 2018 su segundo largometraje, un documental en el que aborda la figura del músico “Peret”, se estrena como película de clausura en el In-Edit Festival Internacional de Cine Documental Musical.


En una mini entrevista realizada a la directora, me cuenta lo siguiente:

1. Respecto a la investigación expresa:

"Cuando comencé a rodar ya había encontrado a Antonia, pero decidí contar su historia como una búsqueda. De alguna manera mi propia búsqueda. Aunque no me gusta dar muchos detalles al respecto, porque creo que de alguna manera es hacer un poco spoiler. Quería partir desde el punto de partida de su inexplicable desaparición e ir poco a poco descubriéndola (en realidad es para todos una desconocida) hasta encontrarla finalmente. De alguna manera fue mi propio proceso, cuando la descubrí no la conocía, y todo el proceso de conocerla a ella y su historia fue fascinante. Quería que el espectador tuviera esa misma experiencia". 

2. En cuanto a por qué decidió plantear así el momento del esperado encuentro con Antonia responde: 

"Fue una elección en montaje, me pareció que era un momento muy potente, es el momento más importante de la película, el encuentro de Antonia. La reacción de Helena emocionándose fue genuina, así que surgió de forma natural y decidí poner el foco en lo que ella sintió en ese momento".

3. En relación al proceso de casting para elegir a la protagonista, me cuenta:

"Confié en ella directamente, la vi en el papel desde el principio".

4. Sobre si Antonia Singla ha visto el documental, responde:

"Sí, Antonia la vio hace un par de semanas en DocsBarcelona, fue muy emocionante, con una gran ovación del público. Ella estaba contenta, también su familia, porque finalmente se rescataba su historia, que incluso muchos de los miembros de su familia no conocían".


Comentarios

  1. Me encantan estas propuestas tuyas, tan diferentes y llenas de personalidad y, al misto tiempo, tan desconocidas... Es triste comprobar la cantidad de estupendas películas que se quedan fuera de los "circuitos comerciales" mas populares. No conocía al personaje sobre el que pivota la película. Es muy interesante. Como me gusta lo bien que esta quedando tu blog ¡¡ Es un blog, absolutamente Estrella: un blog con alma. Lleno de tu personalidad. Un blog al que estás transmitiendo además de toda tu pasión y conocimiento, toda tu esencia. Mi enhorabuena ¡

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